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13/9/09

Orgía con la esposa de un amigo (05)

Finaliza la deliciosa orgía con la llegada inesperada de dos personajes. Kika hace una última solicitud y todos la complacemos gustosos.


Por segunda vez en la tarde nuestra orgía con Kika era sorprendida. Yo me encontraba descansando e ingiriendo una birra, pero mis friends si se hallaban en pleno acto sexual, rellenando el cuerpo de Kika con sus pedazos de carne. El enano recostado en el sillón tenía a la esposa de Charli sobre él, metiéndole su pinga en el chocho; el George de pie a un lado del sillón la sujetaba por la cabeza y hacía que esta le comiera el miembro; finalmente el Niga de pie detrás de ella le empalaba el culo con su gruesa morcilla.

Todos quedamos demasiado estupefactos cuando vimos a Charli de pie, a menos de un metro de la bacanal. Qué puede estar pasando por la mente de Charli? Entrar a su apartamento y conseguir a su mujer penetrada por todos lados por sus amigos? No debe ser fácil, y todos lo sabíamos. Enmudecidos esperábamos su reacción. fue entonces cuando se tambaleo un poco (por la impresión?) y tartamudeando dijo:

- Te… te… qu… te quiero cogggeeeerrrrrrrr!!! – Charli estaba tan borracho que trastabillo y se fue de lado, cayendo acostado sobre el sofá-cama, embarrándose con nuestros sudores y leches.

- Esto ya lo había visto antes – comentó George con una sonrisa.

- Al parecer vamos a poder continuar nuestro bochinche sin problemas – dijo el Niga mientras le removía las entrañas a Kika con su verga.

- No tan pronto – se escuchó una voz.

Estábamos tan concentrados en Charli que ninguno notó a otra persona que había permanecido semioculta en el corto pasillo entre la sala y la puerta de entrada.

- MARIO!!! – gritó Kika al reconocerlo. Su susto fue tal que dio un fuerte brinco y zafándose del trío de vergas que la aprisionaban y buscando rápidamente alguna prenda en el suelo con que tapar su desnudes.

- Hey! Hey! No te apures en cubrirte. – dijo el hombretón de estatura media sin quitarle la mirada de encima – te ves bella así sin ropa.

- Y este pendejo quién es? – Preguntó Niga tronándose los dedos.

- Es… es… Mario, el sadicón conserje del edificio – dijo Kika medio cubriendo el cuerpo con una camisa.

- Si quieres le damos una golpiza ahora mismo – Dijo el George de pie al lado del Niga.

- Para que no sea metiche – dije yo poniéndome de pie también.

- Si vamos a darle para que no sea sapo – dijo el enano, que era primera vez que abría la boca en toda la tarde.

El tal Mario, de unos cincuenta y dele años dio un paso atrás.

- Un momento muchachos. Creo que nadie quiere esta situación – dijo nerviosamente. – yo solo ayudé al Sr. Charli a subir, ya que estaba demasiado ebrio para hacerlo solo. Y si, venía con la intención también de ver a Kika, solo mirarla, todos saben aquí lo buena que esta.

- Y si ya la viste que esperas para irte pal coño? – preguntó Niga frotándose los nudillos.

- Es que además, varios vecinos se han quejado de los gritos y ruidos que se escuchan en este piso. – continuó Mario – También necesitaba averiguar que pasaba. Y ahora que lo sé, creo que voy a cumplir una de mis fantasías. – agregó el viejón agarrándose el pene sobre el pantalón y mirando lascivamente a Kika.

- Ha… ha… que te refieres – contestó Kika nerviosamente.

- No te hagas la inocente amor. Tu sabes que siempre te he tenido ganas. – Mario parecía cada vez más seguro (y más sádico también, jiji) – No querrás que todo el edificio se entere de lo puta que eres y de la orgía que te estás montando aquí. Además si salgo golpeado de aquí más grave será el escándalo.

Nosotros ya solo estábamos de espectadores, ahora esperando la respuesta de Kika. Aunque fuese incómoda la situación, el conserje parecía tener razón.

- Vamos hermosa, será un polvo y nada más. – el Mario se sentía tan confiado que sacó su verga medio tiesa del pantalón y tomándola por la base la movía en círculos. – te prometo que lo vas a disfrutar. Será nuestro pequeño secreto. No me importa si tenemos espectadores. Que dices dulzura?

Todos callados esperábamos por Kika. Ella dudo por un instante. Soltó la camisa que la cubría y, caminando desnuda por la sala, se detuvo junto al equipo de sonido. Una música electrónica que no pude identificar comenzó a sonar ruidosamente.

- Y ese escándalo como para que? – preguntó el enano tontamente.

Kika se recostó en el sofá-cama al lado de su marido y abrió las piernas de par en par. – Si vamos a gritar de gusto no queremos que los vecinos se enteren… verdad Mario? –

Con esa actitud de puta sofisticada Kika respondía. La cachonda propuesta de Mario había sido aceptada. La pinga del conserje se terminó de poner dura rápidamente. Mario rió escandalosamente y se abalanzó como un animal sobre el cuerpo de Kika.

A la final todos celebramos el puterismo de nuestra amiga. Cada uno destapó una cerveza y brindamos por Kika y su insaciable hambre de verga.

Mario se comportaba totalmente desesperado, parecía que le tenía tantas ganas de Kika que ahora que la tenía a su disposición, no sabía que hacer con ella. Mario se ubicó entre las piernas de la hembrota y le chupaba fuertemente la concha, la lamía salvajemente, le mordisqueaba los labios y el clítoris mientras le hundía los dedos en el culo.

Luego se subió sobre ella y comenzó a morderle las tetas y apretárselas con sus manos. Torpemente buscaba la manera de meterle la pinga en el chocho. Kika tuvo que ayudarlo, agarrándole la verga y poniéndosela en la entrada. El brutazo conserje por fin dio un empujón y le enterró el machete hasta los huevos. Kika rodeo el cuerpo de Mario con sus piernas y brazos y comenzó a moverse duro y rápido. El sádico conserje gruñía como un animal. Con sus manos se aferró a las nalgas de Kika y la embestía fuertemente.

- Puta! Puta! Eres una Puta!! – gritaba Mario fuera de sí. – toma mi pinga puta! Tómala toda!!

La escena era tan salvaje y excitante que todas nuestras pingas estaban erectas, deseando el cuerpo de la esposa de Charli una vez más. Por cierto que Charli continuaba tirado durmiendo profundamente mientras a su mujer le daban una serruchada de campeonato por el coño.

Kika gemía y movía la cabeza de un lado a otro. Parecía que se avecinaba su orgasmo. Sin embargo, el del conserje llegó primero. Mario se hundió brutalmente hasta el fondo y pegó un tremendo grito. Mientras se vaciaba dentro de Kika le pasaba la lengua por el cuello y el rostro, babeándola toda.

- Haaaa zorraaaa!! Que mujer!! Que puta tan tica!! – Mario temblaba. Como pudo se salió del cuerpo femenino y se fue a sentar al sillón.

Como era mi costumbre, piqué adelante y me coloqué donde hace unos instantes estaba Mario. Tomé a Kika por los tobillos y le llevé los pies casi sobre sus hombros, y con la destreza que me caracteriza le metí la verga en el culo.

- Este desgraciado no pela una – dijo molesto el Niga al ver como yo ganaba la posición, jiji.

Rápidamente le comencé a dar machete y machete por el culo. Kika gritaba ya con el orgasmo en puerta. Con sus manos se masturbaba la concha, con sus labios me mordía las tetillas. De pronto su cuerpo se retorció, electrificado por un violento orgasmo. Viscosos líquidos fluían de su concha. Yo le taladraba el agujero trasero con fuerza y decisión sintiendo como faltaba poco para llenarla de leche.

- Bukkake! – gritó Kika entre espasmos – QUIERO UN BUKKAKE!!!

- y que coño es un bukkake? – preguntó el ignorante de Willou.

- Que es un bukkake? Ya te vamos a enseñar lo que es un bukkake! – dije sin dejar de fornicar el culo de Kika. George y el Niga se cagaron de la risa.

Cuando ya sentía que me venía, saqué con violencia la pinga del culazo, agarré a Kika por los cabellos y prácticamente la tiré en el suelo, sin soltarla la obligué a colocarse de rodillas. Ella clavó sus uñas en los costados de mi cintura y abriendo la boca colocó su lengua debajo de mi verga erecta. Con la mano que me quedaba libre me masturbé salvajemente. Los chorros de leche cayeron como látigos sobre su rostro, su lengua se inundó con mi esperma. Kika me relamía el miembro de arriba abajo mientras terminaba mi orgasmo. Que ricooooo.

Me hice a un lado. Era el turno de George. Este la volvió a tomar por las orejas y sin contemplaciones le metió la verga en la boca. Con rudeza le movía la cabeza adelante y atrás rápidamente. Kika ahogada, trataba de liberarse, pero George no se lo permitía. Estuvo cogiéndole la boca un buen rato. Cuando por fin sintió que se venía fue que sacó su pinga y la dejó respirar. Cuando Kika abrió la boca para tomar aire lo que recibió fue otro chorro de esperma en las amígdalas. George se reía y continuaba eyaculando sobre la cara y las tetas.

George se apartó. Ahora eran las bolas del Niga las que Kika tenía en la cara. Sin esperar que se lo pidieran, ella se abrazó al cuerpo de mi oscuro amigo y comenzó a chuparle los testículos, mientras lo pajeaba con una de sus manos. El Niga resoplaba, de pronto la sujetó por la nuca y la obligó a mamarle la verga. Kika le masturbaba la base del guevo al tiempo que engullía la mitad de la morcilla. El Niga no se aguantó más y comenzó a eyacuar. Cuando ella sintió el primer lechazo, se sacó el guevo de la boca y lo continuó masturbando con fuerza, una lluvia de esperma le cayó en el cabello, en los senos, en la cara, en todos lados.

- Es tu turno enano – dijo Niga sacudiéndose la pinga y salpicando a Willou, jiji.

El enano se paró frente a Kika, ella tomó la iniciativa y, rodeándole el pene con sus tetas, inicio una deliciosa paja rusa. Willou se retorcía de placer sujetándola por los hombros. Kika subía y bajaba rápidamente por el miembro, lamiéndole la cabeza cada vez que podía y mirando a su joven amante directamente a los ojos. Aquello fue demasiado para el enano. Willou gimió y dejó salir lo suyo, bañando esta vez por completo las tetas y abdomen de Kika.

- Ahora sabes lo que es un bukkake enano? – pregunté riéndome.

- Hmmnn. Que rico papissss – dijo Kika acostándose al lado de su marido y relamiéndose las leches del rostro. Con sus dedos recogía esperma de su cuerpo y se lo llevaba a la boca.

- diablos!! Pero que pedazo de puta es esta mujer!! – Mario aún temblaba ante la situación.

Pasado un rato Kika fue a darse una ducha. Nosotros arreglamos un poco el desastre de la sala y acostamos a Charli en la cama de su habitación. Cargamos con una de las cajas de cervezas y con la botella que quedó virga y nos despedimos de Kika con sendos besos de lengua, dejando en el aire la idea de un próximo encuentro. El conserje también se despidió y prometió no decir nada (aunque lo dudamos).

Y así finalizó la orgía con la esposa de un amigo. Espero les haya gustado.

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