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11/9/09

Orgía con la esposa de un amigo (04)

Sorprendidos en plena orgía, pensamos que todo terminaría allí. Sin embargo, la fiesta sexual con Kika continuó, ahora más caliente!!


George, Kika y yo habíamos sido sorprendidos en plena orgía. Mi amigo se mantenía de pie a la expectativa de quien sería la persona que entró al apartamento. La puta esposa de Charli y yo continuábamos unidos (mi pene metido en su culo) y estáticos. Kika ni respiraba y el susto que estaba viviendo se notaba en la tensión de sus nalgas que me aprisionaban el miembro (que rico).

Los segundos transcurrían en cámara lenta. Lo que antes era una sala ruidosa llena de gemidos y gritos de placer, ahora se había convertido en una habitación muda donde casi se escuchaba el palpitar de los corazones. Oímos uno a uno los pasos cruzando el breve pasillo… y entonces… entró a la sala…

- Willou??? – preguntó Kika asombrada, aún con una de sus manos metida en el chocho.

- Puto enano!! Que coño haces aquí?? – pregunté yo, inconscientemente hundiendo un poco más mi miembro en el sabroso culo de Kika.

Willou es uno de los miembros de nuestra pandilla de jodedores. Destaca por ser del grupo el más bajito y el más joven (mientras todos tenemos entre veinticinco y treinta y tantos, él tiene apenas veinte), lo que acarrea en cantidad de sobrenombres como enano, menor, pitufo, duendecillo, pipí de pulga, etc.

Willou, quien traía una caja de cerveza entre sus manos, también se quedó petrificado cuando entró a la sala y se encontró con aquella cachonda escena. Detrás de él escuchamos el ruido de la puerta al cerrarse… entró a la sala nuestro oscuro amigo el Niga con una bolsa de hielo en una mano y una botella de ron en la otra.

- Pero mira que hijos de puta!! La que se tienen montada aquí – dijo el Niga mientras dejaba el hielo y la botella a un lado y comenzaba a quitarse la ropa.

- Si serás puto!!! Te dije que me avisaras al llegar!! Y encima te trajiste al pajúo del enano!! – gritó molesto el George señalando a Willou.

- Pendejo, me fastidié de llamarlos a sus móviles una y otra vez y nada que contestan – dijo el Niga sacándose los zapatos – además no iba a subir todo lo que me pediste yo sólo los trece pisos.

Obviamente los mensajes de textos que había estado enviando George desde su móvil eran para el Niga, invitándolo a unirse a la juerga y pidiéndole más licor. Lo que no contaba era que con la intensidad que la orgía nunca escuchamos los móviles sonar, y menos que Willou estaría presente.

- Yo… yo no se si seguir con esto – tartamudeó Kika, al ver que ya se unía otro pene a la acción.

- Como que no vas a seguir?? – preguntó Niga ya totalmente desnudo y mostrando su morcilla erecta – si ahora es que viene lo bueno.

Al notar el nerviosismo de Kika la apreté firmemente para evitar que intentara huir. Para calmarle le dije al oído:

- Si no quieres Willou no participará – le dije mientras le lamía la oreja.

- No… no sé… - Kika comenzaba a querer zafarse – esto se está saliendo de control.

Rápidamente rodee su cintura con mis brazos y alcé mis glúteos, enterrando por completo mi verga en el culo y evitando que se escapara. Niga se colocó sobre Kika y le sujetó con fuerza las piernas, separándoselas al máximo, y de un solo movimiento se dejó caer sobre ella, enterrándole la vergota hasta el fondo.

- AAAYYY!!! – gritó la esposa de Charli al sentir toda la polla adentro – mi coño.

- Yo se que te gusta puta – Niga hablaba mientras le apretaba las tetas con sus manos y comenzaba a moverse en círculos dentro del chocho hirviendo. – déjate de pendejadas y disfruta las pingas.

- Haaaaa!!! Haaaa!!!! – gimió ella nuevamente.

- Estas gozando mamita – le susurré al oído al tiempo que me unía al ritmo de su cuerpo.

- Siii papisss!! – vencida, Kika se abandonó al placer – háganme picadillo.

Aquellas palabras nos encendieron aún más. Niga y yo comenzamos a darle y a darle firmemente por sus bien dilatados agujeros. La pinga de Niga se hundía por completo hasta chocar las bolas, para luego retroceder y empujar nuevamente. Las nalgotas sudorosas de Kika rebotaban constantemente contra mi vientre, produciendo un plas plas exquisito. Mi pene parecía estar cada vez más tieso y sentía divino como el culo de aquella hembra lo aprisionaba y resbalaba una y otra vez.

Miré a un lado y estaba George, de pie tomándose una cerveza y acariciándose el miembro, que ya comenzaba a levantar cabeza otra vez. Al otro lado y sentado en un sillón, Willou permanecía inmóvil observando la escena. Desde su llegada no había dicho palabra ni hecho nada para integrarse a la orgía, sin embargo, bajo la tela del pantalón se hacía evidente que tenía una gran erección.

El Niga se mantenía imparable, taladrando sin cesar aquella vagina caliente. Kika recostó su cabeza hacia atrás y girándolo un poco, quedando su rostro sobre el mío. La muy puta tenía los ojos entre abiertos, sudaba, sudaba bastante, y las gotas de su rostro mojaban mi cara. Su nariz rozaba con la mía y sus labios abiertos dejaban salir la lengua hambrienta que no dejaba de ensalivarme la boca. Los constantes movimientos y gemidos de Kika sobre mi me llevaban al inminente final.

Sintiendo como se avecinaba el torrencial de leche, metí mis manos bajo el cuerpo femenino, le atenacé las nalgas y la obligué a batirse con fuerza, mientras yo hacía lo mismo de arriba abajo con mi pelvis. Aceleré muchísimo, el sudor y los flujos salpicaban todo el sofá-cama y los gritos de Kika salían del apartamento. Cuando ya no pude más me aferré a sus muslos y le enterré el toda mi virilidad hasta lo más hondo. Mientras me vaciaba dentro de aquel culo divino le propiné un profundo beso. Ella apenas pudo responder ya que alcanzó en ese momento un nuevo orgasmo. El cuerpo se le tensó por completo y sus flujos vaginales se derramaron sobre mí.

Ambos estábamos transpirando y jugando con nuestras lenguas. Pero el Niga continuaba encima y también quería disparar su escopeta. Con una mano la agarró por la mandíbula y la forzó a mirarlo, metiéndole dos dedos en la boca. Con la otra mano le atenazaba una teta. Mi amigo comenzó a alzarse muchísimo para luego dejarse caer con brutal fuerza, una y otra vez. Su pene oscuro se perdía dentro de los carnosos labios verticales de Kika. Las bolas le rebotaban como igual rebotaba el sofá-cama contra el suelo.

- Mierda!! Van a romper el mueble diablos!! – dijo el George con su estaca erecta nuevamente y esperando una oportunidad.

Los gritos de Kika se confundían con los de el Niga que estaba prácticamente partiéndola en dos. Yo continuaba abajo con mi pinga ya no tan dura pero sin poder sacarla del culo de Kika. Ella se retorcía de gusto sin poder hacer nada contra los feroces embates. Clavó sus uñas en el pecho del Niga tratando de evitar (sin éxito) ser aplastada por aquella oscura humanidad.

- Toma putaaa!! Tomaaaaaa!!! – Niga apretó el acelerador mientras gritaba.

La morcilla tiesa entró y salió repetidas veces del chocho, hasta que el Niga dió un último empujón tocó fondo. El grito de Kika fue desgarrador. Mientras desvariaba sentía como el esperma le inundaba las entrañas. Niga se desplomó sobre Kika y le babeaba la cara mientras continuaba vaciándose dentro de ella. Yo, aún bajo el cuerpo de Kika hacia lo posible para poder tomar un poco de aire. Mi pene continuaba enterrado en el sudoroso culo, atrapado entre las nalgas, cosa que no me molestaba, jiji.

- Viste como haz gozado puta? – dijo Niga incorporándose. Se puso en pie y fue a buscar una cerveza. La morcilla semi erecta aún babeaba y dejaba rastros de esperma por toda la sala.

Kika se sentía tan deliciosa y exhausta que no hacia el más mínimo movimiento para levantarse. Yo le acaricié los senos y le besé el cuello.

- Eres tremenda zorra mami – le susurré moviéndome un poco para que ella reaccionara.

Sin embargo, no pude quitármela de encima. El George, que tenía ya rato con el fusil en alto, agarró a Kika por los talones, uniéndole las piernas y alzándoselas hasta lo más alto. Sin casi esfuerzo alguno y sosteniéndola de esa manera, le clavó el pene en su mojadísimo coño. Ella trató de reaccionar pero se rindió enseguida. Comenzó a disfrutar nuevamente de la pinga del George.

Un nuevo mete y saca comenzó ruidosamente. El cuerpo de Kika se bamboleaba sobre mí al ritmo de las penetraciones de George. Las nalgotas morenas nuevamente subían y bajaban por mi miembro. Esa estimulación tan divina hizo que la pinga se me pusiera dura otra vez.

El George estuvo un buen rato dándole y dándole, hasta que le abrió un poco las piernas, poniéndoselas una a cada lado de su cabeza, sobre sus hombros, se inclinó lo suficiente para quedar solamente apoyado con sus manos y pies sobre el sofá-cama. Kika quedó aplastada entre los dos cuerpos, gimiendo ante las ricas penetraciones que le estábamos propinando. Yo por mi parte le abría las nalgas con mis manos mientras le serruchaba el culo con mi pinga.

La putísima esposa de Charli se retorció de placer, un nuevo orgasmo le azotaba todo el cuerpo. Yo no paré mis movimientos, estaba disfrutando otra vez de eso rico culo y estaba muy lejos de acabar. El caso contrario era George, su excitación y celeridad lo llevaron a alcanzar rápidamente su éxtasis.

En un movimiento inesperado George se salió rápidamente del chocho de Kika, le abrió las piernas y se puso de pie. Afortunadamente me percaté de sus cachondas intensiones y como pude oculté mi cuerpo y rostro debajo del de Kika. George dio un grito de placer mientras se pajeaba durísimo y comenzaba a eyacular. Los chorros de esperma bañaron no sólo el cabello, el rostro y las tetas y vagina de Kika, también alcanzaron el sofá-cama, que ahora si estaba oficialmente estrenado, jiji.

- Uffff!!! Pero qué coño tan rico tiene esta mami – George se desplomó en uno de los muebles y encendió un cigarro.

- Hey!! Miren todos al Willou – dijo el Niga riéndose.

El enano continuaba sentado en el mismo sillón, pero ahora con los pantalones bajados hasta el suelo y pajeándose mecánicamente.

- Coño mami… no le vas a dar su ración al Willou? – preguntó el Niga.

Llegado este punto ya a Kika no le importaba nada. Se giró para besarme y se levantó. Después de mucho rato por fin mi guevo veía la luz otra vez, jiji. Kika camino trastabillando un poco hasta el sillón donde estaba el enano, le apartó las manos, y poniéndose de rodillas en el piso comenzó a darle una mamada.

- Essssooooo enano!!! – Gritó Niga festejando.

- Vayaloooo!! Te están comiendo el pipicito!!! – gritó el George riendo.

Yo me destapé una birra y comencé a ingerirla sin dejar de acariciarme el pene, para evitar perder la erección. Todos estábamos pendientes observando la felación de Kika, que había demostrado ser una virtuosa en eso de chupar vergas.

El enano se recostó más al sillón con la cabeza tirada hacia atrás y los ojos desorbitados… y no era para menos. La zorra le estaba comiendo el pepino deliciosamente. Lo pajeaba, lo chupaba, lo lamía, lo mordía, lo besaba, lo estregaba contra sus tetas, lo apretaba entre sus dedos.

Cuando todos pensábamos que su intención era ordeñar al enano y sacarle las leches así mismo, Kika cambió la posición. Como una gata en celo brincó y se colocó nuevamente de rodillas, pero esta vez sobre el enano, y lentamente se dejó caer sobre el pene, abrazándolo con su chocho hambriento. Willou mareado por las sensaciones la abrazó y se estregó contra ella, hundiéndole todo el pene, a la vez que le daba un profundo beso.

- JIJIJI, que bolas! JIJIJI – yo no podía parar de reír.

- Que es tan gracioso? –preguntó George

- El enano se ha embarrado con tu esperma – le dije cagado de la risa.

- Queeee?? Cierto!!! JUAJUAJUAJUA – George se desparramo a reír.

Y así era. Kika que estaba toda cubierta de las leches del George, ahora estregaba su cuerpo con el enano, le salía chalequeo eterno al Willou, jeje.

Sin embargo, el enano ni se enteró de la situación, estaba apretado a Kika enfrascado en un delicioso mete y saca. La hembra de Charli comenzaba a jadear una vez más. Sus nalgas subían y bajaban delante de nosotros, abriéndose cada vez más y más y casi que aplaudiendo. Noté como las pingas de mis amigos comenzaban a reaccionar ante el suculento espectáculo, sobre todo la de Niga que tenía más rato descansando.

Ante tal situación decidí picar adelante, ya que mi tronco estaba completamente duro y listo para la acción. Me posicioné rápido detrás de Kika y me sujeté a su espalda. Ella sola hizo el trabajo con sus repetidos movimientos, mi pene erecto entró sin problemas en ese rico culo.

- Coño no quieres dejar para nadie!! – Reclamó el George al ver cómo le empalaba el ano a Kika una vez más.

- Jeje!! Apúrale que yo también quiero visitarle el hoyo trasero – dijo el Niga pajeándose buscando una mejor erección.

- Nojoda!! siempre uds con sus apuros – contesté sin mirarlos y concentrándome en la penetración.

La hembra gemía y gemía. El Willou no decía nada, su boca ahora estaba ocupada chupando los pezones rígidos de Kika (también llenos de esperma, jiji). Yo la agarré por la cintura y comencé a guiar el ritmo de la orgía. Su cuerpo hambriento subía y bajaba, adelante atrás, dale que dale. Mi rostro comenzó a cubrirse nuevamente de sudor. Como pude y sin dejar de meter mi tranca, agarré mi cerveza y la tomé casi toda, el poquito que quedaba en el fondo de la botella lo derramé sobre la espalda y nalgas de Kika. Ella se retorció al sentir el frío líquido.

- Hoo papi!! Que rico!! Si! Si! Sigue cogiéndome el culo así!! – la zorra gozando.

Yo le daba y le daba y Kika recibía y recibía. Sus nalgotas hermosas estaban abiertas totalmente y se pegaban a mi cuerpo. Podía ver como mi pene entraba y salía de aquel culo rojizo y sudado. Ella continuaba pegándose a mí con cada vez más fuerza y pidiéndome más y más. Como era mi estilo la jalé hacia mí por los cabellos de la nuca, y le ametrallé el culo duro y rápido. Con una mano la tenía dominada por el cabello y con la otra le castigaba las nalgas. Kika gritaba desesperada palabras incongruentes. Fue tan rica y ruda la cogida que no pude contenerme más. Volví a descargarme dentro de su culo. Ella no dejaba de moverse buscando un nuevo orgasmo. Cuando terminé de expulsar la última gota, saqué el miembro de un brusco movimiento, haciendo que parte del esperma se saliera de su abierto ojete y chorreara sobre el sillón y… sobre las bolas y piernas del enano, jiji.

El Niga no dio tiempo ni a pestañear. Apenas me hube quitado se situó detrás de la puta y le encajó medio pedazo de carne negra en el culo. Ya Kika estaba tan ida y había llevado tanto guevo que ni grito. El Niga se inclinó sobre la espalda de ella y la abrazo, atrapándole las tetas con sus garras. Entre mis dos amigos tenían a la esposa del Charli bien penetrada. Sólo le faltaba tener un pene en la boca… y George se percató de eso.

El George se ubicó a un lado del sillón y sin pedir permiso agarró a Kika por las orejas y le metió su pinga en la boca. Ella comenzó a chuparlo y la estaca de mi amigo se endureció más y más. Los gemidos y gritos de placer inundaban la casa y seguramente salían del apartamento. Primero fue el sofá-cama el que aguantó la pelea sexual, ahora era el sillón el que estaba soportando ese amasijo de cuerpos sudorosos ávidos de placer.

Yo me recosté en el mueble doble a disfrutar de la imagen pornográfica que tenía enfrente. Mis amigos se encontraban todos extasiados dándole durísimo a esa mujer tan puta que se había casado con Charli. El ambiente estaba tan sexual y cachondo que ninguno de los presentes escuchó cuando la puerta del apartamento se abrió.

Alguien había entrado al apartamento y se encontraba ahora parado en la sala presenciando la orgía. Todos quedamos paralizados y sorprendidos…

continuará


episodios anteriores: Orgía con la esposa de un amigo 01, 02 y 03

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